La intermitencia de este grupo fantasma (quitando un disco hace un par de años, se ha tomado los noventa prácticamente sabáticos), en consecuencia con la inestabilidad de Álvaro Muñoz, ayuda a crear un aura de culto y malditismo desde que a principios de los ochenta ganara el Alcazaba Rock (otros granadinos, 091, lo hicieron por la misma época). Ahora, con la bendición y colaboración de Los Planetas y aprovechando un estrecho legado de referencias, se erige en respetado compositor de canciones pop que, como tantos otros indies posteriores, reivindican a los pioneros españoles sin rubor.
viernes, 21 de diciembre de 2007
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