Sin abandonar la inspiración balcánica que le sirvió para debutar, ahora parece que Zach Condon mira hacia la chanson francesa y amplia su orquesta acústica con nuevos instrumentos tradicionales y algunos arreglos de cuerda logrados de la mano de Final Fantasy. Canta con personalidad y el resultado es convincente -más con estos mimbres y viniendo de un americano- por lo que rápido le han colgado el sanbenito de joven revelación.
martes, 25 de diciembre de 2007
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