Va a hacer un año que este disco da vueltas por ahí, sin hacerle mucho caso. Y eso que con la imagen tan glamourosa que se gasta, la de cuerdas e instrumentos que maneja, el cameo de Marianne Faitfull y un vozarrón bien modulado; pues que suena original (incluso con algún recuerdo de su etapa ruidista) y fiestero, pero disperso.
miércoles, 9 de enero de 2008
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