Buen gesto lo de regalar el disco a la entrada de los conciertos, sí: el directo recupera el papel principal -por lo que vale la pena pagar- y el disco pasa a ser lo accesorio -para cuando no te apetece salir de casa-. Por lo demás, pop melódico con resabio de americana, sin aristas, mucho más amable que en sus comienzos (que se lo digan al batería, hace años era el los Fuzztones).
miércoles, 27 de febrero de 2008
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