Anunciaban sorpresa con su nuevo disco -el cuarto- que se iba a alejar de la electrónica glamurosa y preciosista marca del duo para navegar por aguas más acústicas y sensuales. Y eso es exactamente lo que han hecho, sin renunciar a la escuela en la que creció Alisson con Tricky y Orbital de maestros. Se podría pensar que es un paréntesis, un descanso ("receso acústico" se ha dicho), pero el caso es que resulta sumamente agradable, a pesar del desconcierto inicial.
viernes, 15 de febrero de 2008
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